
EL CINCUENTENARIO DE LA CREACIÓN DE
CRISTAL ROSÉ.LA HISTORIA EN MOVIMIENTO DE UN DIÁLOGO CONTINUO ENTRE EL VIÑEDO Y LAS BODEGAS.
Obra maestra de la Casa Louis Roederer, Cristal Rosé es una oda a la ligereza y el refinamiento. Como un gran perfume, este champagne, elaborado como una esencia, repleto de matices aromáticos, exhibe una expresividad desbordante en una materia tan ligera como un soplo.
1974-1997.
En los orígenes, la búsqueda de la delicadeza suprema

El punto de inflexión del año 1974
Jean-Claude Rouzaud, entonces responsable del viñedo y las bodegas, se dio cuenta muy pronto de la importancia de volver a situar el viñedo en el centro del proceso de creación. Identificó y seleccionó parcelas emblemáticas de Pinot Noir en Aÿ y de Chardonnay en Avize y Le Mesnil-sur-Oger, creando así el primer ensamblaje de Cristal Rosé a partir de la cosecha de 1974.
Su intuición sentó las bases de una larga evolución, con la introducción de un método audaz, conocido como "infusión", que pronto se perfeccionaría para convertirse en el hilo conductor de la elaboración de Cristal Rosé.

Los inicios de una nueva técnica: la infusión
La primera añada de Cristal Rosé es una acertada mezcla de contrastes, elaborada a partir de las parcelas más antiguas y con mejor exposición de la Casa Louis Roederer. También es el fruto de un método único y pionero: la infusión suave, que más tarde se convertiría en la firma de la cuvée.
1998-2006. La plenitud del efecto terroir

La evolución de las prácticas vitícolas y el efecto terroir
El cambio de milenio trajo consigo la constatación de que el cambio climático empezaba a tener repercusiones y se precisa renovar el material vegetal. Comprometida desde el principio con prácticas agrícolas sostenibles y virtuosas, la Casa inicia discretamente su gran transformación. Al mismo tiempo, se inicia en 2006 la transición a la viticultura ecológica regenerativa, empezando por las parcelas del Domaine Cristal Rosé. Esta nueva práctica permite reforzar el efecto terroir.
Este cambio en la viticultura supone un punto de inflexión importante en la historia de Cristal Rosé, ya que, al basarse en una mejor expresión de su terruño, el vino presenta más aromas, sutileza y energía.
2007-2017. La revolución de la infusión suave

La infusión suave, una técnica revolucionaria y pionera
La expresión de los aromas de Cristal Rosé ya estaba magnificada por la técnica de infusión, que se había aplicado desde los orígenes de la cuvée, pero era necesario ir más allá. Jean-Baptiste Lécaillon, responsable de las bodegas y viñedos desde 1999, mejoró la técnica, inspirándose en particular en el trabajo de los grandes maestros japoneses del té. Desde hace casi 25 años, continúa esa labor de reflexión constante para garantizar una infusión más pura.

El punto de inflexión de la cosecha 2008
El año 2008 es a la vez un año de transición y de triunfo: el de una añada legendaria, sin duda una de las mejores añadas de Cristal Rosé jamás elaboradas; el de un cambio de paradigma y de la naturaleza de la infusión. Animado por la belleza de la añada y los cambios en la viticultura y la vinificación, Cristal Rosé 2008 es un hito en la historia de la cuvée.
2017-2024. Una historia en movimiento

Una oda a la preservación de nuestro patrimonio vegetal
La historia de Cristal Rosé se entrelaza con la de Louis Roederer y sus transformaciones. Hace 50 años, las parcelas utilizadas para la elaboración de Cristal Rosé eran las de las viñas más viejas, con uvas en su punto óptimo de maduración. La existencia misma de esta nueva cuvée permitió conservarlas y, unos años más tarde, realizar una selección masal de estas plantas históricas.

La singularidad de Cristal Rosé
Cristal Rosé abre una nueva era, anticipa una época e inicia un cambio radical en nuestra forma de trabajar, de pensar en la naturaleza y de acompañarla... Aún hoy, el saber hacer permanece, y las añadas se suceden, ofreciendo cada vez una nueva faceta de su parcela, revelando siempre un aspecto inexplorado, para sacar lo mejor de la región de Champagne.
Desde 1974, Cristal Rosé ofrece la expresión más pura de un gran Champagne, con una forma de energía, presencia seductora y finura: el dominio absoluto y el fundamento de un gran vino de Champagne destinado a desafiar el paso de las añadas.
Esta historia en movimiento de Cristal Rosé transcurre paralela a la de la Casa, creando un diálogo continuo entre el viñedo y las bodegas. Jean-Claude Rouzaud fue el primero en identificar los retos de esta doble correspondencia, sentando las bases de una reinterpretación permanente.